Significado: utilizado para indicar que alguien se ha librado de una situación indeseada.
¿Quién diría que esta expresión parte de una historia bastante macabra? Pero así es. Para entenderla a la perfección hemos de decir que hasta no hace muchos años la medicina no se encontraba lo que diríamos muy desarrollada. Tanto es así que muchas veces las personas eran enterradas, ¡estando todavía vivas! Y es que por un simple mareo muchos “médicos” daban cuenta de la defunción. Posteriormente se descubrieron marcas de arañazos en el interior de muchos ataúdes, por lo que se decidió colocar hilos en los féretros, conectados a su vez con campanas en el exterior, para que así el “difunto” pudiera advertir a los demás de que aún estaba vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario