lunes, 26 de octubre de 2015

Los gozos y las sombras (Epílogo) - Gonzalo Torrente Ballester

“¡Peste de churruchaos, casta de locos! Por fin Pueblanueva del Conde se ha visto libre de ellos. Fueron muchos siglos de soportarlos-Siete, según se dice_, sin esperanza. El mundo daba vueltas, las cosas iban cambiando, costumbres y gobiernos, y ellos seguían ahí, en sus Pazos, con sus narices y sus pecas, como si no hubiera más en la tierra que sus líos, y sus caprichos, y sus disparates, y Pueblanueva para aguantarlos. Un año y otro, un siglo y otro, el tiempo eterno. La muerte no prevalecía contra ellos. Cuando nacía uno de nosotros, se le podía profetizar “Tendrás sarampión, vivirás del sudor de tu frente, y un día u otro tropezarás con algún Churruchao, que están ahí, esperando, y el tropiezo te hará la puñeta para el resto de tu vida”.


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