Este nombre se aplica al macho de la especie ovina, pero los romanos reservaban el nombre latino agnus carnarius ‘cordero de carne’ para designar a los animales destinados a proporcionar carne (de caro, carnis). De esta manera, los latinos distinguían a estos animales de los moruecos, los ovinos machos destinados a la procreación, a los que llamaban aries. De este último vocablo (aries, arietis), se derivó ariete, una máquina militar que recuerda cómo los carneros machos luchan entre sí, golpeando sus cabezas. Cabe mencionar que los primeros arietes, usados para derribar portones y murallas, llevaban en su extremo una cabeza de carnero.
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