domingo, 15 de noviembre de 2015

Picnic (Fragmento) - Fernando Arrabal


(La batalla hace furor. Se oyen tiros, bombazos, rá­fagas de ametralladora. ZAPO, solo en escena, está acurrucado entre los sacos. Tiene mucho miedo. Cesa el combate. Silencio. ZAPO saca de una cesta de tela una madeja de lana y unas agujas. Se pone a hacer un jersey que ya tiene bastante avanzado. Suena el tim­bre del teléfono de campaña que ZAPO tiene a su lado.)

ZAPO.-Diga... Diga... A sus órdenes mi capitán... En efecto, soy el centinela de la cota 47... Sin novedad, mi capitán... Perdone, mi capitán, ¿cuándo comienza otra vez la batalla?.. Y las bombas, ¿cuándo las tiro?.. ¿Pero, por fin, hacia dónde las tiro, hacia atrás o ha­cia adelante?.. No se ponga usted así conmigo. No lo digo para molestarle...
Capitán, me encuentro muy solo. ¿No podría enviarme un compañero?.. Aunque sea
la cabra... (El capitán le riñe.) A sus órdenes... A sus ór­denes, mi capitán. (ZAPO cuelga el teléfono. Refunfu­ña.)

(Silencio. Entra en escena el matrimonio TEPÁN con cestas, como si vinieran a
pasar un día en el campo. Se dirigen a su hijo, ZAPO, que, de espaldas y escon­dido entre los sacos, no ve lo que pasa.)

SR. TEPÁN.- (Ceremoniosamente.) Hijo, levántate y besa en la frente a tu madre. (ZAPO, aliviado y sorpren­dido, se levanta y besa en la frente a su madre con mu­cho respeto. Quiere hablar. Su padre le interrumpe.) Y ahora, bésame a mí. (Lo besa en la frente.)

ZAPO.-Pero papaítos, ¿cómo os habéis atrevido a ve­nir aquí con lo peligroso que es? Iros inmediatamente.

SR. TEPÁN.- ¿Acaso quieres dar a tu padre una lec­ción de guerras y peligros? Esto para mí es un pasatiem­po. Cuántas veces, sin ir más lejos, he bajado del metro en marcha.


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