Holgazanear, despreocuparse. Descuidar o abandonar el trabajo y no mostrar interés por él.
La festividad de San Bartolomé se celebra el 24 de agosto, al final de la cosecha. Este hecho propiciaba que muchos pueblos de España tomaran a San Bartolomé como un santo propio para la fiesta, el jolgorio y el descanso tras las labores propias de la recolección. Tanto es así que durante el siglo XV y XVI, San Bartolomé era uno de los santos más populares y en cuyo honor se celebraban más fiestas. Si esta teoría es cierta, tumbarse a la bartola significaría tanto como “cesar en el trabajo, como si hubiera llegado San Bartolomé”. Aún sigue manteniendo el carácter de reproche a quien holgazanea cuando aún queda trabajo por hacer. San Bartolomé fue un apóstol de Jesucristo, murió desollado y se le presenta con los músculos al descubierto y con la piel en un brazo. La jocosidad popular puede haber establecido una comparación entre esta imagen del torso despellejado de Bartolomé y la imagen de holgazán durmiendo con la barriga al aire.
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