Significado: librarse de un peligro en el último instante.
Muchos años han pasado desde que piratas y marineros de su Majestad surcaran los mares a bordo de galeones y esquifes. Pero esta expresión nos acompaña aún hoy en día. Pero, ¿qué relación guardan entre ellos? Bueno, hay que tener en cuenta que en aquella época mucha gente no sabía nadar (ni leer, ni escribir, ni sumar…), por lo que casi todos aquellos que se caían por la borda acababan en el fondo del océano. Precisamente por eso la gran mayoría se dejaba el pelo largo, así sus compañeros podían agarrarles por el cabello en el caso de que la marejada les jugara una mala pasada.
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