Significa engañar o burlarse de alguien. No hay acuerdo pleno para identificar las circunstancias de su origen, pero muchos arriesgan que se trataría de la costumbre de rapar a los encarcelados. Cortarle el cabello a una persona que ingresaba a un establecimiento carcelario era una de las primeras medidas de un largo proceso a partir del cual el sujeto comenzaba perder ciertos derechos. También hay quienes lo asocian con la incorporación a las fuerzas armadas, en las que tomar el pelo de los conscriptos ha sido siempre uno de los pasos iniciales para disciplinarlos. Tanto en la cárcel como en el regimiento, los cortes de cabello también se interpretan como una medida básica de higiene
No hay comentarios:
Publicar un comentario