Palabra recogida en el DRAE tal como se escribe, llamamos coloquialmente "vivalavirgen" a una persona que vive la vida despreocupadamente, a la que no le importa nada, excéntrica, informal y libertina; ejemplo del modismo: "Enrique volvió a llegar tarde a la reunión del lunes, es un vivalavirgen".
La historia de su origen tiene dos teorías, ambas guardan relación directa o indirecta con la marina.
La primera y más extendida nos habla del método de organización para la distribución de guardias en los barcos españoles, en los cuales se mandaba formar a los marineros en cubierta para pasar revista. Según la tradición, el último en llegar debía exclamar "Viva la Virgen!". La asociación del término a la persona que llegaba tarde y por lo tanto el vividor y perezoso, no tardaría en formularse.
La otra teoría habla de los años del descubrimiento del continente americano, en los cuales, adoctrinados los indios autóctonos en la fe católica y adiestrados militarmente, se les situaba en las costas y acantilados para repeler los esporádicos ataques de corsarios y piratas. Al grito de "Viva la Virgen!" lanzaban sus contraataques, pero eran tan escasas las incursiones enemigas que se pasaban el tiempo descansando. La sustantivación de la expresión para definir a personas perezosas y despreocupadas se fue acuñando con los años.
Hoy en día se emplea, con el paso de los años, con el significado inicialmente descrito.
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