El español hablado en
México no es homogéneo. Cada región tiene sus propios modismos, como en el resto de
los países de habla hispana. Sin embargo, es posible hablar de algunas
características más o menos comunes a todos los dialectos regionales que
conforman aquello que, para acortar, es llamado dialecto mexicano del
español. Es notable la abundancia de voces de origen náhuatl, incluso en zonas
donde esta lengua no era empleada de modo generalizado, como la península de
Yucatán o el norte de México. Muchas de estas voces sustituyeron las propias de
los conquistadores o las que fueron adquiridas por ellos en las Antillas, durante la primera
etapa de la colonización. Otras tantas fueron adoptadas porque los españoles
carecían de palabras para referirse a algunas cosas que desconocían y que
estaban presentes en el contexto de la civilización mesoamericana. Son
ejemplos:
· Metate, del náhuatl métatl, que designa una
piedra plana trípode sobre la que se muele el nixtamal, los chiles y cualquier cosa
suceptible de convertirse en pasta. Todo metate va acompañado de un tejolote (del náhuatl texólōtl 'núcleo
[de piedra] (ōlōtl) de moler (tes(i))', que es una piedra
larga que sirve como rodillo para prensar los materiales dispuestos en el
metate, por acción de la fuerza humana. El tejolote recibe el nombre
alternativo de mano del metate.
· Molcajete, del náhuatl molcáxitl,
que literalmente significa recipiente para guisos', designa una
herramienta de cocina, también de piedra, de forma cóncava y trípode que se
emplea para moler alimentos y convertirlos en salsas con su respectivo tejolote,
o mano del molcajete. Algunos españoles de la época de la Conquista
lo llamaban mortero, pues su uso y función
es similar al de ese recipiente existente en Europa.
· Nixtamal, del náhuatl nextamalli,
literalmente empanada de maíz cocido con cal viva de concha nácar,
es el nombre con que se conoce en México al maíz precocido con cal como paso
previo a su molienda para la preparación de masa para tortillas. El agua de cal
empleada en el proceso recibe el nombre de nexayote, najayote o nejayote (del
náhuatl nexáyotl, que significa agua de ceniza).
· Petate, del náhuatl pétatl.
Literalmente designa un tejido de palma que en el resto de la América hispanoparlante
y en España se conoce como estera. Derivado de petate es el verbo petatearse,
que en México significa estirar la pata, y en modo menos
coloquial, morirse.
Como los anteriores
cuatro, ejemplos sobran en todo México. A ello hay que sumar la abundante
toponimia de origen indígena que pasó a formar parte del habla cotidiana de los
mexicanos hispanófonos y otras voces de origen indígena cuya extensión es de
índole regional y que constituyen algunas de las diferencias entre las
variedades locales del español mexicano.
Aparte del léxico,
existen algunas particularidades fonológicas del español de México,
generalmente, los mexicanos tienden a suprimir la pronunciación de algunas
vocales átonas y a la elisión en algunas palabras, especialmente
cuando en una oración una palabra concluye en vocal y la siguiente comienza en
vocal. Además, en contraste con los nativos de España, los mexicanos suelen
pronunciar conjuntos de dos consonantes seguidas,
como [ks], [tl] y otras (aunque también es frecuente en
algunos sociolectos el cambio de
consonantes, como en [kl] en lugar de [tl], o
bien, [ks] en vez de [ps]). También hay que
señalar que como en el resto de América Latina, el habla española de México se
caracteriza por la ausencia del fonema /θ/, que se sustituye
por /s/ ya que las dos sibilantes del español del
siglo xvi convergieron en el español de América.
En México no existe
el voseo, salvo en algunas
regiones del sureste, donde se emplean tres pronombres para la segunda persona
singular (tú, usted y vos), con
connotaciones semánticas diferentes. Es general la distinción entre tú y usted,
empleándose la segunda en las fórmulas de respeto o de conversación con
personas a quienes no se conoce. Lo anterior vale especialmente para las
generaciones adultas, puesto que entre los jóvenes tiende a desaparecer esta
distinción. De igual manera, mientras los adultos suelen referirse a las
acciones realizadas por ellos mismos con los pronombres uno o yo,
cada vez se vuelve más general el uso de tú para este tipo de
construcciones, supuestamente por influencia del inglés. Por eso, cuando uno
podría decir que ha hecho tal o cual cosa, alguien más dirá que tú
haces la misma cosa, pero refiriéndose a sí mismo.
Ya entrando en el campo
de los anglicismos, se acusa que el
mexicano es uno de los dialectos del español con un mayor número de voces de
origen inglés. Sin embargo, como señala Grijelmo, esto es algo relativo, puesto que
existen algunos conceptos para los que los mexicanos hispanófonos han elaborado
voces castizas que, sin embargo,
han sido calcadas del inglés en otras partes del mundo de habla hispana. Como
ejemplo de lo anterior, en México los automóviles se estacionan, y
no se aparcan, tal como se hace en España, donde sin embargo
los coches se alquilan, mientras en México
los carros se rentan (cars are rented).
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