jueves, 3 de septiembre de 2015

Características léxicas del español de México

El español hablado en México no es homogéneo. Cada región tiene sus propios modismos, como en el resto de los países de habla hispana. Sin embargo, es posible hablar de algunas características más o menos comunes a todos los dialectos regionales que conforman aquello que, para acortar, es llamado dialecto mexicano del español. Es notable la abundancia de voces de origen náhuatl, incluso en zonas donde esta lengua no era empleada de modo generalizado, como la península de Yucatán o el norte de México. Muchas de estas voces sustituyeron las propias de los conquistadores o las que fueron adquiridas por ellos en las Antillas, durante la primera etapa de la colonización. Otras tantas fueron adoptadas porque los españoles carecían de palabras para referirse a algunas cosas que desconocían y que estaban presentes en el contexto de la civilización mesoamericana. Son ejemplos:
·         Metate, del náhuatl métatl, que designa una piedra plana trípode sobre la que se muele el nixtamal, los chiles y cualquier cosa suceptible de convertirse en pasta. Todo metate va acompañado de un tejolote (del náhuatl texólōtl 'núcleo [de piedra] (ōlōtl) de moler (tes(i))', que es una piedra larga que sirve como rodillo para prensar los materiales dispuestos en el metate, por acción de la fuerza humana. El tejolote recibe el nombre alternativo de mano del metate.
·         Molcajete, del náhuatl molcáxitl, que literalmente significa recipiente para guisos', designa una herramienta de cocina, también de piedra, de forma cóncava y trípode que se emplea para moler alimentos y convertirlos en salsas con su respectivo tejolote, o mano del molcajete. Algunos españoles de la época de la Conquista lo llamaban mortero, pues su uso y función es similar al de ese recipiente existente en Europa.
·         Nixtamal, del náhuatl nextamalli, literalmente empanada de maíz cocido con cal viva de concha nácar, es el nombre con que se conoce en México al maíz precocido con cal como paso previo a su molienda para la preparación de masa para tortillas. El agua de cal empleada en el proceso recibe el nombre de nexayotenajayote o nejayote (del náhuatl nexáyotl, que significa agua de ceniza).
·         Petate, del náhuatl pétatl. Literalmente designa un tejido de palma que en el resto de la América hispanoparlante y en España se conoce como estera. Derivado de petate es el verbo petatearse, que en México significa estirar la pata, y en modo menos coloquial, morirse.
Como los anteriores cuatro, ejemplos sobran en todo México. A ello hay que sumar la abundante toponimia de origen indígena que pasó a formar parte del habla cotidiana de los mexicanos hispanófonos y otras voces de origen indígena cuya extensión es de índole regional y que constituyen algunas de las diferencias entre las variedades locales del español mexicano.
Aparte del léxico, existen algunas particularidades fonológicas del español de México, generalmente, los mexicanos tienden a suprimir la pronunciación de algunas vocales átonas y a la elisión en algunas palabras, especialmente cuando en una oración una palabra concluye en vocal y la siguiente comienza en vocal. Además, en contraste con los nativos de España, los mexicanos suelen pronunciar conjuntos de dos consonantes seguidas, como [ks], [tl] y otras (aunque también es frecuente en algunos sociolectos el cambio de consonantes, como en [kl] en lugar de [tl], o bien, [ks] en vez de [ps]). También hay que señalar que como en el resto de América Latina, el habla española de México se caracteriza por la ausencia del fonema /θ/, que se sustituye por /s/ ya que las dos sibilantes del español del siglo xvi convergieron en el español de América.
En México no existe el voseo, salvo en algunas regiones del sureste, donde se emplean tres pronombres para la segunda persona singular (usted y vos), con connotaciones semánticas diferentes. Es general la distinción entre  y usted, empleándose la segunda en las fórmulas de respeto o de conversación con personas a quienes no se conoce. Lo anterior vale especialmente para las generaciones adultas, puesto que entre los jóvenes tiende a desaparecer esta distinción. De igual manera, mientras los adultos suelen referirse a las acciones realizadas por ellos mismos con los pronombres uno o yo, cada vez se vuelve más general el uso de  para este tipo de construcciones, supuestamente por influencia del inglés. Por eso, cuando uno podría decir que ha hecho tal o cual cosa, alguien más dirá que tú haces la misma cosa, pero refiriéndose a sí mismo.
Ya entrando en el campo de los anglicismos, se acusa que el mexicano es uno de los dialectos del español con un mayor número de voces de origen inglés. Sin embargo, como señala Grijelmo, esto es algo relativo, puesto que existen algunos conceptos para los que los mexicanos hispanófonos han elaborado voces castizas que, sin embargo, han sido calcadas del inglés en otras partes del mundo de habla hispana. Como ejemplo de lo anterior, en México los automóviles se estacionan, y no se aparcan, tal como se hace en España, donde sin embargo los coches se alquilan, mientras en México los carros se rentan (cars are rented).

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