El español es la lengua oficial de Nicaragua. Es una variedad del español muy semejante a la de su vecina Honduras y El Salvador, salvo con algunas pequeñas variantes.
El habla nicaragüense tiene una pronunciación que los oyentes perciben como "suave" y "melodiosa", y muchas palabras que emplea proceden del náhuatl. En la segunda parte de este trabajo se hará una descripción lingüística de esta modalidad diatópica del nicaragüense.
Al tratar del español de Nicaragua, hay que distinguir desde el principio la zona Central y del Pacífico, que formarían la zona hispanohablante, y la zona del Atlántico, en la que predomina el inglés. Este hecho tiene su explicación en el momento de la conquista de estas tierras:
La zona del Atlántico es una zona selvática que estuvo, durante casi dos siglos, bajo el control de los británicos. La presencia británica en ella ha influido no sólo en el uso del inglés como lengua habitual, sino también en el hecho de que ahí predominen los grupos étnicos de origen africano (como ya hemos visto más atrás), como consecuencia de la importación de esclavos británicos a esa región y de la población descendiente de los náufragos de barcos esclavistas en los siglos XVII y XVIII.
Asimismo, en esta zona quedan algunos grupos humanos que continúan hablando sus lenguas indígenas: estos son mayoritariamente los misquitos, y en asentamientos más aislados, los sumu-ulua. Por otra parte están también los grupos de indígenas rama, pero su lengua ha desaparecido. Ninguna de estas lenguas ha aportado palabras al uso común. Y todos usan más el inglés que el español como lengua de comunicación habitual.
La zona Central y del Pacífico es una zona de montaña y llanuras fértiles, conquistada por los españoles; los colonos más numerosos fueron pequeños campesinos procedentes de España y, a pesar de ser una zona rica en recursos naturales, nunca fue una colonia rica económicamente. Casi desde el principio de la colonia ha basado su economía en la agricultura y la ganadería.
En esta zona hispanohablante, como en toda Centroamérica, se encuentra claramente un sustrato indígena del español (adstrato en tiempo de la conquista), basado fundamentalmente en la lengua náhuatl desde principios del s. XVI, aunque los topónimos hablan también de las otras tribus indígenas nombradas antes (cf. C. Mántica, "Orígenes y desarrollo del habla nicaragüense" en: El habla nicaragüense, ed. Hispamer, Managua, 1994, págs. 15-17).
A la llegada de los españoles, las tribus de lengua náhuatl ya habían llegado a dominar el país. Ellos desaparecen como raza, pero su lengua se impone; quizá porque el náhuatl es una lengua melódica, apta para conceptos abstractos o técnicos y para la formación de palabras nuevas, hecha para la cultura, fácil para educar. De las demás tribus, sóloChorotegas y Maribios sobreviven todavía, en algunos pueblos (Namotivá, Subtiava, Nindirí, Masaya, Catarina y S. Juan de Oriente), pero de su lengua sólo quedan algunos restos: unas diez palabras chorotegas, cinco palabras subtiavas, cuatro palabras matagalpa, según Carlos Mántica (op.cit. págs. 20-21).
Por otra parte, tenemos que los primeros intérpretes de los españoles fueron náhuatl, y que ésta fue la primera lengua en ponerse por escrito en tiempos de la colonia y los misioneros usaron el náhuatl para su evangelización. Parece, pues, clara la importancia de esta lengua en la época de la conquista.
"La lengua náhuatl es demasiado potente y el nicaragüense de hoy habla realmente en náhuatl usando palabras castellanas" (cf. C. Mántica, "Sobre el náhuatl oculto" en: El habla nicaragüense, ed. Hispamer, Managua, 1994, pág. 141). No conozco ningún estudio publicado sobre este tema, pero probablemente el náhuatl ha influido en la fonética; y con toda seguridad, como ha estudiado Carlos Mántica (op. cit. pág. 13), ha influido en algunos aspectos sintácticos (como la tendencia a la yuxtaposición) y en el léxico (según él, se conservan unos 600 términos náhuatl actualmente en el lenguaje cotidiano).
Por otra parte, la base castellana del español de Nicaragua parece ser de origen sevillano, castellano y extremeño. Pero esta influencia tampoco está estudiada a fondo.
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