Este
blog tiene como finalidad difundir la lengua española en todas sus vertientes
desde sus orígenes hasta la actualidad, época en la que, desgraciadamente, el
culto a la lengua profesado por muchos en tiempos pasados tiene su mínima
expresión en manos de políticos incultos, periodistas con poca o ninguna
formación lingüística y jóvenes más pendientes de la tecnología que nos rodea
que del uso correcto de una lengua milenaria.
En él hablaré de todos los temas de hoy y de siempre, del uso correcto
al margen de modas y modillas, de escritores de prestigio ganado a pulso, de la
RAE, de expresiones y modismos que plagan la lengua española, de refranes y
dichos – algunos perdidos con las prisas - , del saber popular concentrado en
unas pocas palabras, de la preposiciones y de su posición natural, de España y
de todos los países de habla hispana, de palabras escondidas, pero existentes,
de la prostitución mayúscula a la que se somete al idioma diariamente en pro de
la obtención de beneficios mayores, de su historia, de su pronunciación
correcta, en fin, de todos los aspectos lingüísticos y culturales que hacen del
español una de las más bellas lenguas del mundo hablada por más de 500 millones
de individuos como idioma materno convirtiéndola así en la segunda lengua más
hablada del mundo por detrás sólo del chino.
El
español, sin embargo, no pertenece tan sólo a sus hablantes nativos, pertenece
a cualquier persona que o bien lo esté estudiando o lo haya hecho y tenga interés
en mantenerlo vivo, más vivo que nunca, tanto si se es español, guatemalteco o
mexicano como si se es estadounidense, japonés o sueco. El castellano nos
pertenece a todos los que en él nos comunicamos y los que seguimos el
extraordinario camino de redescubrirlo a cada libro que cae en nuestras manos,
a los que luchan ardientemente por comprender los intríngulis de su gramática y
a los que, conociéndola, son capaces de darle un giro maravilloso y convertirlo en una obra
maestra. El español es de todos y todos tenemos la obligación de cuidarlo,
mimarlo, conservarlo y difundirlo como vía de comunicación, como forma de unión
entre los pueblos sin importar raza, estatus social, origen, ni si somos altos
o bajos, hombres o mujeres, de derechas, de centro o de izquierdas. A todos nos
une el castellano, la lengua de Cervantes y de Tirso de Molina, de Calderón de
la Barca y de Quevedo, de Góngora y de Fernández de Moratín, de García Márquez
y de Borges, de Cortázar y de Alejo Carpentier, y de tantos otros, vivos y
muertos, que han sido capaces de convertir nuestra lengua en arte.
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