sábado, 29 de agosto de 2015

El español de la República Dominicana (2)

Yeísmo
Consiste en la pronunciación de II como y. Ejemplos: botella, fallecimiento, guillotina, lluvia, etc. Este fenómeno se generalizó en toda Hispanoamérica desde el siglo XVII. Se entiende que a su rápida propagación "es posible que contribuyera la pronunciación de los esclavos africanos quienes, como se sabe, solían ser yeístas".
Beísmo
Este fenómeno lingüístico está igualmente generalizado en toda Hispanoamérica y consiste en la pronunciación indiferenciada del sonido /b/, independientemente de que la palabra lleve en su ortografía una /b/ o /v/. De esa forma se ha eliminado en el lenguaje hablado el antiguo sonido de la NI.
Vocales
Entre los dominicanos existe una notoria tendencia a la nasalización de las vocales. En las zonas rurales y personas pertenecientes a clases populares muchas vocales resultan nasalizadas por asimilación o metafonía cuando aparecen consonantes nasales en la misma palabra o en otra vecina. Ejemplos: romana, cuando, trabajando, como, etc.
Vocales acentuadas: "El hecho más sobresaliente en lo que concierne al timbre de las vocales tónicas dominicanas es su regular y persistente carácter medio-abierto, exento de extremos cierres o aberturas".
Por esta razón señaló Henríquez Ureña su impresión de que "la nitidez de las vocales dominicanas viene dada por su carácter relativamente despejada"'.
Vocales inacentuadas: Jiménez Sabater afirma sobre el tema: "Es lo más extendido en el país, fundamentalmente en las zonas rurales y en parte de las áreas urbanas, un mantenimiento muy nítido del timbre de las vocales inacentuadas, las cuales suelen ir acompañadas de un acento de, intensidad mayor que el usual en el castellano normativo". "En las clases urbanas de la alta y parte de la mediana burguesía el timbre de las vocales inacentuadas no suele ser mantenido con tanta fijeza, por lo cual se observa la relajación de las mencionadas vocales en circunstancias bastante similares a las del castellano culto peninsular".
"La E inacentuada, en los medios rural y popular, si va seguida de A se convierte en 1: apiai por apear, jarrai por arrear. La E seguida de O, con frecuencia se convierte en 1: pioi por peor, Lionera por Leonora. La E se transforma por disimilación en 1: ojiao por ojeado.
La I sufre cambios muchas veces por supresión, como en sencia por ciencia; por cambio de lugar en una palabra, suida por ciudad; dislocación por acento, como cáida por caída, y sustitución como memo por mismo.
La O también ofrece cambios en el lenguaje popular; los casos más frecuentes son la sustitución por la U, como podemos observar en tualla por toalla; búa por voy; tuavía por todavía.
El diptongo lo en algunos casos se transforma en
O como ocurre en Antoño por Antonio".
CONSONANTES
Según Jiménez Sabater "lo más significativo lo constituye tal vez el hecho de que actualmente en la República Dominicana se manifiesta mejor que en ninguna otra zona del mundo hispánico la tendencia ancestral del castellano a resolver la sílabas trabadas en sílabas libres".
Bilabiales: Las consonantes B y V, como ya dijimos, se pronuncian sin alteración cuando son iniciales o están en posición intermedia: banco, barro, vaso, vida, bambú, navega.
bia por G, como en agüela por abuela, güeno por bueno, güeita por vuelta. Esto es frecuente en las oclusivas sonoras.
En la palabra vagamundo por vagabundo la B se convierte en M.
El sonido bilabial de la P inicial, media o intervocálica no sufre alteración: pera, propina, papá.
En el grupo Ps, se pierde: así cáusula por cápsula.
La P seguida de T, desaparece: aseto, por acepto, conseto por concepto.
El sonido fricativo de la F, no sufre alteración: Fragoso, farfullero. Pero en algunos casos su sonido se sustituye, en el lenguaje popular, por el de la J. Así Juimos por fuimos, ajuera por afuera.
Dentales (T-D): La T en posición inicial no cambia: tabaco, Teresa, trueno.
La D inicial, en la lengua vulgar se aspira, en las voces onde por donde, epachai por despachar, enú por desnudo.
Existe el caso contrario que es agregar la D al principio de algunas palabras: diba por iba, dentro por entró.
En la lengua vulgar la D final se pierde también: verdá por verdad, amitá por amistad, uté por usted.
En algunos casos se agrega al final de algunas palabras la sílaba DE: vide por vi (forma arcaica). El grupo DM y DV se vocaliza, es decir se convierte en I: aimití por admitir, aiveití por advertir, y con frecuencia ambos grupos se convierten en L o R, aimití y alvertí, este cambio no es sólo propio del lenguaje del Cibao, sino de todas las regiones del país.
La D antes de N, en muchos casos se pierde, como aonde, por adonde, onde por donde4.
Velares: la C seguida de O y de U es velar oclusiva: cama, cubo (con sonido de K). En posición inicial se conserva: casa, cuna.
La C final sólo se conserva en voces cultas, por consiguiente, se pierde en el lenguaje vulgar: Isa por Isaac.
La C seguida de E y de Y tiene sonido de S: sielo por cielo; sinta por cinta.
La C formando parte del grupo CT desaparece: dotoi por doctor; en el mismo grupo, la C a veces se vocaliza: faitura por factura; aituai por actuar.
En el grupo CC, también se vocaliza aisión por acción, y como le ocurre a la R en este caso también, según la región es sustituida por Y, o por R: aisión y arsión, por acción.
La J: la J inicial siempre se pronuncia: junta, jaula, jamás; pero en posición intermedia con mucha frecuencia sustituye a la H, así: jalai, por halar, bojío por bohío, jamaca por hamaca. En los pocos casos que existen en español de J final, en ellos ésta se pierde: reló por reloj.
La G: la G, que es consonante sorda en los sonidos ge, gi: Gengibre, gina, es sonora en las combinaciones ga, go, gue: Gavillero, gozo, guerra. La G intermedia permanece sin alteración: mago, ruego, final no existe.
La G seguida de N, generalmente pierde su sonido: inorante por ignorante; indino por indigno.
La L: consonante alveolar, en posición inicial permanece igual: ladera, lino, lima. En posición intermedia se convierte en 1: saito por salto, buito por bulto. Cuando es final, ocurre lo mismo, se convierte en : animai por animal, fiel por fiel.
La Z: esta consonante se sustituye por la S. En la palabra pez, la Z final se sustituye por J; peje.
CARACTERÍSTICAS REGIONALES
Si se toma en cuenta la forma de hablar de nuestro país, debemos admitir que se hace necesario dividirlo en varias regiones que tienen características particulares. Estas regiones son: La Región Norte o Cibao, la Región Suroeste, la Región Este, el Distrito
Nacional y Samaná.
Aún en estas regiones, es posible encontrar diferencias entre el lenguaje urbano y el rural. Ello se debe, en gran parte, a que nuestros campesinos, acostumbrados a los resultados de la frase "Por la boca muere el pez" durante los 31 años de dictadura trujillista, cuidan mucho lo que dicen. Consuelo Olivier Vda.
•Germán afirma: "Nuestros campesinos nunca dan una contestación precisa a una pregunta o a una proposición; sus contestaciones son vagas, imprecisas, dando rodeos, eludiendo responsabilidad. Así cuando dice jjum!; ¡bueno!; ¡voy a ver!, no sabemos si aprueban o desaprueban. Esto lo hacen mirando al suelo, dándole vueltas a su sombrero, sin mirarle la cara a su interlocutor. Frente al hombre del pueblo que tiene algunacultura y que el campesino le llama "hombre de letra", es receloso, desconfiado".
La Región Norte, conocida con el nombre indígena de Cibao abarca el Valle de La Vega Real. En ella están comprendidas 14 de las 29 provincias del país, entre las que mencionaremos las provincias de Santiago, La Vega, Espaillat, Duarte, etc. Esta región tiene características propias en su habla. Es en ella donde se encuentra el mayor número de arcaísmos y a decir de Jiménez Sabater es donde se da con mayor arraigo la pérdida total de la aspirada, quizá relacionado con el hecho de haberse mantenido más aislada
por falta de comunicación y estar menos sujeta a la influencia fonética de los esclavos negros (existe el mayor porcentaje de población blanca).
La característica principal del habla de la región cibaeña, sobre todo notoria en las zonas rurales, es la sustitución de las consonantes R y L por I: persona por pesona, abui por abur, abombaise por abombarse, caibón por carbón, doloi por dolor, maivao por malvado, valoi por valor, etc.
A nivel de la clase media se ha operado un interés por evitar el uso de la I, en sustitución de las R y L, como una forma de diferenciarse de la clase baja, produciéndose una especie de omisión del sonido final de sílaba con un perceptible alargamiento de la vocal precedente: [mwé: to] por muerto, [ku: so] por curso, etc.
Esta particularidad probablemente constituye el rasgo más típico dentro del habla dominicana y permite establecer sin ninguna duda, no sólo que un hablante es dominicano, sino también ubicar su procedencia geográfica dentro del país.
También se observa en el Cibao el uso de expresiones redundantes coincidiento con la utilización del fósil ello como sujeto antepuesto a verbos "impersonales": Ello hay poca- naranja-; Ello estaba lloviznando un poco, etc. "No obstante, para este último fenómeno cabría pensarse también que ha influido junto a la hipótesis de la simple conservación de un arcaísmo la pronunciada tendencia a la personalización de todo verbo, manifiesta a todos los niveles sociales del país en expresiones de tipo: Habíamos cuatro presos; Hubieron muchos muertos en las calles, etc.".
La Región Suroeste se caracteriza por la neutralización de /!/ en /r/ (cambio de una /!/ por una / r/), así como por mantener el sonido [r], pero con una acentuación de la vibración y arrastre de la misma, convirtiéndola en rr: dur[r]ce, por dulce, cur[r]pable, por culpable.
La Región Este se caracteriza por la llamada Geminación o Duplicación, que consiste en que la/r/yla/l/ en posición final de sílaba, dentro de una palabra, se asimilan a la consonante que le sigue, resultando un sonido doble. Ej.: canne por carne, cueppo por cuerpo, puerta por puerta, puppero por pulpero, etc.
El Distrito Nacional se caracteriza por la neutralización-(cambio) de /r/ en /!/ en final de sílaba y de palabra. Ej.: polque por porque, cuelpo por cuerpo, enojal por enojar, palqueal por parquear, desbaratal por desbaratar, etc.

Samaná tiene la particularidad de que en ella se habla, además del español, el inglés y el criollo haitiano por el establecimiento y permanencia en su suelo de otros grupos étnicos. El inglés lo hablan los descendientes de emigrados de islas inglesas (cocoles) que procuran mantener su idioma y sus tradiciones en su descendencia. La característica distintiva del español en esa península es la simplificación de la rr en r. Ej. ariba por arriba, etc.

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